Financiación de la Ciencia: ¿una lotería?
El dinero no da la felicidad… pero permite hacer cosas. La financiación de la Ciencia es básica para investigar y desarrollar proyectos que mejoren la sociedad. Tradicionalmente, la mayor parte de los grupos de investigación basan sus finanzas en el otorgamiento de apoyos financieros mediante el concurso en convocatorias abiertas para la obtención de fondos . Los fondos dedicados a la investigación, sean públicos o privados, son de carácter competitivo, esto es, se adjudican tras unos periodos muy complicados (y lentos) de selección en los que multitud de aspectos son evaluados. Sin embargo, en la actualidad han surgido nuevas formas de financiación, como las “loterías” o el micromecenazgo.
Becas por méritos
Resulta evidente pensar que cualquier grupo de investigación necesita, para poder trabajar, más o menos cuantiosos recursos económicos; no se trata tan sólo de los reactivos que el científico podrá permitirse para el desarrollo de su investigación, sino que otros elementos tales como los equipos, los métodos de análisis, los recursos humanos con los que el investigador principal pueda contar, e incluso el número de animales que puedan ser utilizados en ese proyecto dependerán en una grandísima medida de la dotación económica que ese grupo posea. Todo ello genera posibilidades para los investigadores, lo cual a su vez repercute en su nivel de competitividad y en el éxito de su carrera académica.
Los académicos dedican una gran parte de su tiempo a redactar los proyectos y, una vez que tienen el plan de investigación bien definido y los objetivos claramente especificados, los autores envían la propuesta a los organismos que ofrecen fondos. Los financiamientos pueden ser estatales o incluso internacionales; cada una tiene sus particularidades, dependiendo del sector y las especificaciones que se quieran financiar.
En la actualidad, como ya se ha dicho, se trata de un procedimiento competitivo, ya que existe muchísima demanda al haber muchos más grupos de investigación que fondos disponibles.
¿Un sistema justo?
¿Cuál es el criterio para conceder uno de estos financiamientos? Sin duda depende de cada situación. Los proyectos son críticamente evaluados por profesionales competentes que deciden cuáles son más interesantes, cuáles presentan mayor proyección o cuáles son los que pueden traer más mejoras en el sector. La cuestión es que este método, que anteriormente funcionaba razonablemente bien, ahora es altamente cuestionado por muchos investigadores y hay cada vez más voces pidiendo cambios en las políticas de financiamiento.
¿Por qué? Algunas de las razones que se dan son:
- El sistema es muy ineficiente, porque en la actualidad muy pocos proyectos son financiados: de hecho, el año pasado el NIH únicamente pudo aprobar el 18% de los 54000 proyectos que solicitaron financiación.
- Hay estudios que indican que determinados revisores pueden perder la imparcialidad en algunas circunstancias, como por ejemplo cuando los autores de la propuesta de fianciamiento los seleccionan.
- Se puede favorecer a determinados investigadores con más cantidad de publicaciones y más experiencia, en detrimento de otros más noveles y con menor producción de artículos.
- Según un artículo de este año de Nature, se ha comprobado que los revisores otorgan mejores puntuaciones a términos “vagos” (menos específicos), que además suelen asociarse a autores varones.
- Los científicos invierten demasiado tiempo redactando los proyectos y en tareas administrativas, que los alejan de lo verdaderamente importante en Ciencia.
¿Y si lo echamos a suertes?
Así, una de las propuestas que se ha sugerido para paliar estos problemas asociados al sistema de becas, ha sido la “lotería de financiamientos”. Esto es, dejar que sea el azar el que decida qué proyectos serán financiados. De hecho, importantes agencias internacionales como la Fundación Volkswagen en Alemania, o la Fundación Nacional de la Ciencia de Suiza (SNSF por sus siglas en inglés), ya están aplicando sorteos como métodos de selección.
Veamos algunos ejemplos de sorteos:
- Consejo de Investigación de Salud de Nueva Zelanda: adjudica financiamientos por sorteo para proyectos de investigación en sanidad, becas y equipos de investigación. Otra fundación, denominada SfTI por sus siglas en inglés, también utiliza esta metodología desde el año 2015.
- Fundación Volkswagen en Alemania: tiene un programa específico denominado Experiment! en el que tras una primera fase, se sortea la financiación, que puede ser de hasta 120000 euros.
- Fundación Nacional de la Ciencia de Suiza: ha sido el último organismo en experimentar con el azar. En este caso, el objetivo del sorteo era decidir qué científicos noveles recibirían becas postdoctorales.
Ventajas e inconvenientes del azar aplicado a la Ciencia
En un primer momento puede parecer descabellado dejar al azar decisiones tan importantes como éstas, quién tendrá financiación para su proyecto, quién podrá continuar su carrera investigadora con los fondos de un organismo al que designamos con una X.
Es necesario aclarar que este tipo de sistema de selección aleatoria también tiene algunos controles de calidad. Aún hay revisores, que establecen unos mínimos de calidad para que un proyecto (o un candidato) pueda optar a ser seleccionado por sorteo; pero ya es considerado merecedor de recibir financiamiento para realizar su proyecto de investigación por el hecho de cumplir esos estándares mínimos y pasar a la siguiente fase.
Entre las ventajas que teóricamente estos procesos ofrecen, se encuentran:
- Se elimina cualquier tipo de potencial imparcialidad a consecuencia de los revisores, de manera intencionada o no-intencional.
- Se simplifica el proceso de selección.
- Todos los elementos incluidos en el sorteo se consideran igualmente valiosos, con lo que el potencial “endiosamiento” de ciertos individuos se reduce.
- Ideas que en otros contextos no serían tenidas en cuenta (por el criterio del revisor, que puede ser más o menos justo), tienen posibilidades de ser seleccionadas
A pesar de ello, el empleo de sorteos puede ser perjudicial para la Academia a mediano-largo plazo. Esto se da principalmente por una razón: la competitividad en Ciencia puede ser, y de hecho lo es, un elemento muy positivo, ya que es la manera de mejorar y generar nuevas y mejores ideas. Sin este, elemento se corre el riesgo de que los proyectos se vuelvan mediocres, ya que únicamente deberán cumplir unos requisitos mínimos para poder ser financiados.
Otras alternativas
El sistema tradicional no es perfecto, y además de los sorteos, están surgiendo otras alternativas para encontrar subvenciones. Una de ellas es el crowfounding, o micromenecenazgo, mediante el cual, particulares realizan donaciones a los Centros de Investigación o a proyectos que encuentran especialmente interesantes.
Otra propuesta consiste en dividir de manera equitativa los fondos entre todos los científicos. En este caso, teóricamente habría dinero suficiente para equipamientos y personal. Sin embargo, ¿sería justo? Probablemente no, ya que la naturaleza de la investigación varía, y el presupuesto necesario para la misma, también tiene variaciones.
Asimismo, y además de los problemas del sistema actual y las alternativas que están surgiendo, los científicos jóvenes deben conocer nuevas maneras de solicitar financiamientos, como son las solicitudes grabadas en vídeo. La Ciencia es un sector en constante desarrollo y es imprescindible estar atento a las novedades.
Conclusiones y opiniones
Que el sistema tradicional para otorgar financiación en Ciencia está colapsando, es un hecho. Muchos piensan que no es justo, sino por el contrario, se trata de un método fácilmente manipulable y en el que muchos investigadores y sus proyectos, carecen de oportunidades.
Otras alternativas están surgiendo para evitar los problemas del procedimiento actual. Adjudicar las becas por sorteo está siendo cada vez más frecuente en Ciencia, ya que promete acabar con el problema de los sesgos. Sin embargo, a la larga, el uso del azar reducirá la competitividad de los proyectos y, por lo tanto, de los investigadores; será un mundo en el que la excelencia no exista, y el éxito se consiga simplemente por un golpe de suerte.
Es necesario un profundo cambio en la Ciencia como negocio, y como opción laboral: la gran necesidad de publicaciones o la elevadísima complejidad para conseguir dinero provoca que muchos científicos se sientan exhaustos, carentes de dinero y de motivación. Y un gran número de gente muy valiosa abandona la Ciencia, lo que es su vocación y/o su carrera en busca de otro futuro, porque resulta muy muy difícil continuar toda la vida en un sistema como el actual.